Cuando
en su día se me ocurrió escribir contra la forma de instruir los casos del juez
Garzón, me pusieron de vuelta y media usando como argumento la simpatía que
despertaba entre toda la población, pero ni un sólo dato en contra de lo que yo
decía, y hoy se me ocurrió hablar de pablo iglesias, el cual desde mi punto de
vista perdió el “privilegio” de que su nombre lo escriba con su primera letra
en mayúscula (para quienes no lo saben, sólo escribo en mayúscula la primera
letra del nombre de quien me merece el respeto suficiente para que lo haga)
desde el momento que me enteré de que pudiendo interceder por un opositor
venezolano al gobierno de Venezuela, no lo hace, y el opositor en cuestión está
en la cárcel, en Venezuela, por el terrible delito de criticar al “gobierno
bolivariano” que está dejando a Venezuela en clara situación de pobreza extrema
cuando no debemos olvidar que Venezuela es un país muy rico exportador de
petróleo y con una atractiva oferta turística que les deja, o mejor dicho les
dejaba, un elevado porcentaje de su producto interior bruto.
El
mencionado gobierno es, si actúa igual que se predecesor, presuntamente
corrupto. Toda la familia de hugo chavez, hablo de más de quince personas,
formaba parte del gobierno en puestos de elebada responsabilidad de la
industria nacional del petróleo, tienen una gran fortuna fuera del país
mientras pregonan no sé qué de igualdad y lucha contra el opresor
estadounidense. El actual, nicolás maduro, no deja de elogiar a su compa-predecesor
y no puedo evitar pensar que actúa de la misma manera, al menos en el trato a
su oposición. Basándose, en ocasiones, en la seguridad nacional para evitar
tumultos ocasionados en los mítines que celebra su oposición, los mete en la
cárcel para que no revolucionen el gallinero, en lugar de pensar que si la
gente actúa de manera violenta quizá su gobierno tenga algo que ver, así “evita
tumultos” y siembra el miedo a que la población critique su gestión, que como
sabemos por las noticias necesita productos básicos de consumo, comida y
medicinas.
No
puedo evitar pensar que cuando no haces lo posible por devolver la libertad a
una persona encarcelada por motivos políticos es porque estás de acuerdo con
semejante proceder, y además no irrita a quien paga de manera tan generosa
trabajos encargados a personas que no están cualificadas para el trabajo en
cuestión, hablo del trabajo pagado con 425.000 euros al doctor monedero por un
informe sobre la moneda única de varios países, trabajo que cualquiera puede deducir
que debe hacer un doctor en economía y no un doctor en ciencias políticas como
es el doctor monedero, al que parece ser que empiezan a llamar, en ciertos
ambientes académicos, “billetero”, el cual tras equivocarse al cotizar por ese
dinero e intentar defender la forma como cotizó ante la opinión pública, en
lugar de reconocerlo, pedir perdón y dimitir como él enseña que hay que hacer,
paga lo que debía de haber pagado desde un principio y vuelve a intentar
convencernos, ahora, de que buscó la forma más gravosa de cotizar para cumplir
con el fisco sin ninguna sombra de duda, como si hubiera una serie de opciones
para escoger cómo pagar y él hubiera escogido la que le exigía pagar más.
Aunque
no quede bien decir estas cosas y te tilden de facha por usar la cabeza un
poquitín y exponer unos hechos, no una opinión, estoy seguro de que acabarán
por llamarme facha y eso es lo que hoy hace que me sienta un ciudadano
indignado, que haya gente que vote con el corazón en lugar de escoger lo que,
además de ser lo mejor para él, sea realizable.
UN CIUDADANO INDIGNADO
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